jueves, 12 de marzo de 2009

¿Cómo Reducir los Intereses de los Microcréditos?


Un documento publicado recientemente demuestra cuales son los principales factores que componen el interés de los microcréditos. ¿Cómo usar esta información en beneficio de los microususarios?

Hace poco encontré un documento publicado por CGAP que se encuentra muy en línea con un artículo que publiqué anteriormente (¿Cuánto es Demasiado?). Mi artículo estaba relacionado con la necesidad de buscar distintas fuentes de recursos para las microfinanzas sin que ello signifique ofrecer un "excesivo" retorno para los inversionistas, con miras a ampliar la atracción de las microfinanzas como inversión.

Por su parte, el paper de CGAP expone los resultados de una investigación realizada por Richard Rosenberg, Adrian González y Sushma Narain (Are Microcredit Interest Rates Excessive?). Los investigadores tomaron información de los años 2003 a 2006 relativa a las tasas cobradas por las IMF y los componentes de las mismas. Posteriormente se compararon estos costos con otros que las personas de bajos ingresos pagaban, estos fueron los principales resultados:
  • La tasa promedio de IMF sostenibles en 2006 resultó ser de 26%
  • En el período estudiado el promedio de las tasas bajó en 2.3%
  •  De 36 países analizados, sólo en 7 las tasas de microcréditos eran mayores a las tasas de créditos de consumo y tarjetas de crédito.
  • Las tasas cobradas por prestamistas informales, en la mayoría de los casos, resultaban muy por encima de las cobradas por IMF.
  • Las tasas cobradas por las instituciones cooperativas de ahorro (credit unions) resultaban menores que las de las IMF únicamente cuando la entidad no atendía el sector objetivo de las microfinanzas. Cuando la Cooperativa prestaba servicios financieros a los microusuarios las tasas de interés eran iguales o mayores que las cobradas por las IMF.
De lo anterior resultan varias conclusiones. En primer término se evidencia que el caso del Banco Compartamos en México, que causó gran revuelo por cobrar tasas promedio de 85%, es absolutamente aislado. De la investigación realizada resultó que solo el 1% de los usuarios pagaban tasas así de elevadas. Además, durante los 3 años comprendidos en la investigación, las tasas bajaron a un ritmo más rápido que las cobradas por la Banca tradicional. Finalmente, el hecho de que las cooperativas financieras cobren tasas similares cuando atienden a microusuarios indica que ese es el costo de atender a dicha población y no, como argumentan muchos, que los costos de los microcréditos obedecen a una manera de explotar a la población de bajos recursos.

Ahora bien, de que se componen las tasas cobradas por los microcréditos. El estudio demuestra que el mayor contribuyente a la tasa de interés son los costos administrativos (11% en promedio), seguido por el costo de fondeo de los créditos (8%). En los dos últimos lugares están las provisiones por pérdida (Loan Loss Reserves) con un 1.9% para 2006 y el retorno de la inversión.

Este último punto merece especial atención por varios aspectos. Para microcréditos resultó que en promedio el portafolio genera mayor rentabilidad comparado con los activos, pero menor ganancia si se relaciona con el capital. Esto implica que aunque las microfinanzas se presentan como un buen negocio, la ganancia para los inversionistas es menor. Sin embargo, lo que resulta de mayor relevancia es que si se decidiera eliminar completamente el retorno en negocios de microfinanzas la tasa en promedio solo bajaría por menos de un séptimo (1/7). Así que los argumentos que se presentan de las microfinanzas como herramientas de explotación quedan desvirtuados.

Falta aplicar estos resultados a la realidad para determinar que puede hacerse para hacer la operación de los microcréditos más efectiva y en consecuencia atraer inversión. Evidentemente se deben reducir los costos administrativos mediante la profesionalización de los administradores. Esto únicamente puede realizarse generando economías de escala, que a su turno requiere manejar un mayor volumen de usuarios. Lo segundo que es imperativo aplicar es darle mayor manejo a las IMF para controlar los costos del fondeo de los créditos.

La respuesta a los dos elementos planteados es simple: Captación de Ahorro. No obstante, el sistema financiero presenta una falencia que impide la baja de los intereses mediante la masificación del servicio a través del microahorro. En efecto, solicitar una autorización para captar recursos del público obligatoriamente requiere convertir a la entidad solicitante en una institución con ánimo de lucro. Esto va en clara contravía al espíritu de las IMF.

Así las cosas, reiterando lo ya dicho tantas veces en este blog, es imperativo estructurar un esquema regulatorio que le permita a las entidades Microfinancieras prestar servicios de ahorro sin que ello signifique incurrir en los costos que esto genera. Con lo anterior no quiero proponer una flexibilización total de las normas financieras, que en algunos casos puede derivar en abrir puertas para mentes inescrupulosas, sino normatividad dirigida exclusivamente al desarrollo de las IMF.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Recientes Avances y Oportunidades para el Fomento de las Microfinanzas


Iniciativas gubernamentales y legislativas abren nuevos campos para el desarrollo del negocio Microfinanciero.

En la última semana se divulgaron tres hechos que, cada uno a su manera, pueden servir como fundamento para dar un impulso a las Microfinanzas. Si bien el espíritu de dos de ellos no pareciera ser apoyar directamente el acceso a servicios financieros para la población de bajos ingresos, si se toman como oportunidades abiertas seguramente serán de gran beneficio para las personas de los estratos más bajos.

Empecemos por el que si está expresamente dirigido a la población objetivo de las microfinanzas. La Banca de las Oportunidades, un programa gubernamental dirigido a aumentar el acceso a servicios financieros, está considerando poner en marcha un plan de tarjetas de crédito dirigido a mujeres de los niveles SISBEN 1 y 2. Esta tarjeta funcionaría igual que la ofrecida por CODENSA, y que fue objeto de mi artículo anterior. Es decir, existiría un convenio entre la Banca de las Oportunidades y almacenes de cadena, para que éstos ofrecieran la posibilidad de adquirir mediante la tarjeta algunos de sus productos, de tal manera que se puedan pagar en cuotas periódicas.

El segundo de los eventos a los que hacemos referencia tiene que ver con la expedición del Decreto 525 del 23 de febrero de 2009 cuyos efectos entrarán en vigencia el 23 de abril. Mediante este texto, el Gobierno Nacional beneficia a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPYME) con la gradualidad en el pago de aportes parafiscales en sus primeros tres años de vida. Los aportes parafiscales, que están dirigidos al Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA-, al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -ICBF- y a las Cajas de Compensación Familiar, tendrán un descuento del 75% para el primer año, 50% para el segundo y 25% para el tercero. Después del cuarto año de existencia la MiPYME deberán pagar el 100% de las cuotas por este concepto.

Finalmente, quiero referirme a lo que dispuso la Ley 1150 de 2007 frente a la exención del pago de aportes a pensión para trabajadores independientes que devenguen menos de un salario mínimo y que, de acuerdo con el Ministerio de Protección Social, empezará a regir en los primeros días del mes de abril. En efecto, la norma dispone que aquellas personas cuyos ingresos no superen los $496.900 pesos (algo mas de US $200) y que no se encuentren vinculados a la nómina de alguna empresa no tendrán la carga obligatoria de aportar un porcentaje fijo a los fondos de pensiones, sino que podrán aportar de acuerdo con su capacidad.

Pero, ¿en qué afecta (o mejor, beneficia) todo lo anterior a las Microfinanzas? Para el primero de los casos la respuesta es sencilla: el acceso al crédito siempre será una buena opción para que las personas de estratos bajos suplan sus necesidades de corto plazo mediante la amortización periódica en la adquisición de los productos. Evidentemente esto debe ir acompañado de campañas de alfabetización financiera para evitar excesos en el uso de las tarjetas y que ellas cumplan su propósito de servir como vías de acceso a productos de primera necesidad.

El Decreto encaminado a aliviar a las MiPYME de los gastos parafiscales, de una parte hace más fácil, económicamente hablando, el surgimiento de microempresas, pues la reducción de gastos permite invertir en la producción o expansión del negocio haciéndolo más rentable en las primeras etapas que, por lo general, son las más difíciles. Adicionalmente, se fomenta la formalización de las empresas ya constituidas, lo cual les permite acceder a productos financieros que las benefician en la medida en que les otorgan cierto tipo de estabilidad económica a la que no tendrían como llegar de seguir siendo informales.

Por último, el que se permita a las personas con bajos ingresos el no aportar a pensión si bien tiene un fundamento teórico sólido, creo que en la práctica no va a reportar los beneficios que se quieren. El aporte a pensiones nunca va a ser visto como una inversión viable pues los beneficios de dichos aportes solo se verán en el futuro. Los trabajadores, especialmente aquellos que cuentan con recursos tan limitados, siempre tienen como prioridad suplir sus necesidades inmediatas y obligatoriamente deben hacerlo así pues por ahorrar un dinero que solo verán dentro de 20 años no pueden dejar de alimentar a sus hijos. En este orden, si a un individuo con ingresos de US$200/mes se le da la opción de no ahorrar seguramente la tomará. No por ello debe resignarse a ofrecerle a esa persona otra vía para ahorrar, a menor término, pero ahorrar al fin. Así las cosas, reitero la importancia de ofrecer productos de ahorro para los segmentos de bajos ingresos, pero no de cualquier tipo de ahorro sino uno que les permita suplir sus necesidades en el corto plazo y que no tenga la etiqueta de obligatorio. En conclusión, debe estructurarse la oferta de cuentas o depósitos que estén al alcance de esta población a la vez que se acomoden a sus necesidades de gasto.