martes, 3 de febrero de 2009

¿Cuánto es Demasiado?


En la búsqueda de recursos para fondear las actividades microfinancieras existe el riesgo de beneficiar a los inversionistas a costa del trabajo de los pobres.

Recientemente se ha hablado (y así lo he expresado varias veces en este blog) sobre la necesidad que existe de buscar otras fuentes de financiación diferentes a las donaciones para que las Instituciones Microfinancieras -IMF- logren una viabilidad económica real.

Una de las opciones que se ha propuesto es acudir a recursos de los mercados de valores. Esto implica estructurar unos valores que logren atraer una cantidad importante de inversionistas y la forma más fácil para ello es ofrecer una tasa de retorno mayor por un riesgo menor al promedio. La experiencia ha demostrado que la segunda parte de la ecuación no es difícil de sustentar dadas las altísimas tasas de repago que presenta el portafolio mundial de microcréditos. El problema está pues en la tasa de retorno a los inversionistas.

Es claro que conseguir recursos en mercados financieros acarrea un precio que debe pagarse, pero la pregunta que debemos hacernos es cómo balancear la necesidad de atraer inversión hacia el "negocio" microfinanciero, de un lado y el objetivo final de las microfinanzas que es el ayudar a los pobres a dejar de serlo, por el otro.

El ejemplo más claro de esta disyuntiva está en lo sucedido con el Banco Compartamos en México. Compartamos logró conseguir $467 millones de dólares mediante la venta parcial de acciones en 2007. No obstante gran parte del éxito de esta emisión se debió a que los papeles ofrecidos saciaban el apetito de los inversionistas gracias a altas tasas de interés cobradas a los microdeudores, que en algunas ocasiones alcanzaban el 100%.

En medio del debate el Doctor Yunus criticó el actuar del Banco Compartamos:

"Ustedes están en el lado de los prestamistas. Su objetivo es el objetivo de los prestamistas. su pensamiento es el pensamiento de los prestamistas. Yo no quiero asociarme con ustedes. Quiero combatirlos y pelear contra ustedes."

Por su parte los defensores de la emisión argumentan que si bien las tasas de interés son más altas que las comerciales, para la población objetivo de las microfinanzas reportan un beneficio en la medida en que no deben acudir a los créditos informales cuyas tasas son aún mayores.

Creo inconveniente tomar una de las dos posiciones absolutamente. Hay que considerar que para atraer capital es necesario ofrecer algún tipo de beneficio económico para el inversionista o de lo contrario estaríamos condenados a seguir financiando las IMF con filantropía y donaciones, cuyas limitaciones han quedado demostradas. Pero tampoco es posible presentar las altas tasas de interés de los microcréditos como un "mal menor" para sus usuarios.

En conclusión, como en casi todas las discusiones, lo mejor es tomar un punto medio en donde los inversionistas acepten una tasa de retorno menor habida cuenta de que el riesgo de la inversión es bajo. De esta manera los usuarios tendrán acceso a créditos más baratos, las IMF podrán financiarse con recursos frescos y los inversionistas contarán con opciones que respeten las reglas económicas de riesgo/recompensa que aplican a las microfinanzas tanto como a cualquier otro producto financiero.

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