miércoles, 28 de enero de 2009

Proyecto de Investigación. Primera Entrega: Visión Cerrada de las Microfinanzas


Para un verdadero desarrollo de las Microfinanzas es necesario tener una visión integral de su concepto y no limitarse únicamente al Microcrédito.

Como lo expuse en mi primer artículo quisiera exponer el proyecto de investigación que adelanté en IDLO mediante una serie de entregas siendo esta la primera de ellas.

Para empezar me parece importante poner de presente la limitación actual de la concepción de las Microfinanzas. Cuando se hace referencia al término "microfinanzas" en lo primero que se piensa es en el microcrédito, olvidando los demás servicios financieros a los cuales también se debe garantizar el acceso. Así por ejemplo, temas clave como los seguros, ahorro e inversión quedan por fuera de la órbita de lo "micro".

En lo que se refiere al ahorro no hay que ir muy lejos para demostrar sus virtudes. Una investigación adelantada en la India y auspiciada por la Universidad de Frankfurt y KfW, demostró que las personas vinculadas a un programa de microahorro aumentaron 2% per cápita el ingreso anual de sus hogares. Así mismo se comprobó que el consumo de éstos hogares aumentó en 25 puntos básicos por cada 1% de ingreso adicional. Así pues, el ahorro favorecía tanto a los integrantes de las familias ahorradoras, como a los productores y prestadores de los bienes y servicios demandados por estas.

Si bien la información anterior derriba la idea de que la escasez de recursos de los pobres no les permite ahorrar, hay otro dato que pone en evidencia la falsedad de esta afirmación. De acuerdo con el International Visitor Program del Bank Rakyat Indonesia (BRI) ésta institución tiene un portafolio de microcréditos que consta de tres y medio (3.5) millones de deudores Vs. un monto de ahorradores que asciende a treinta y tres (33) millones de clientes.

De lo anterior queda claro que el problema del poco ahorro en la base de la pirámide no es por el lado de la demanda sino de la oferta del servicio financiero. Sin embargo, el mayo escollo que se encuentra en este punto es que las entidades que atienden financieramente a esa población son casi siempre organizaciones no gubernamentales que no están facultadas por el Estado para captar recursos del público. De otra parte, a aquellas entidades que si pueden captar recursos les resulta costoso llegar hasta esta población y por lo tanto no se preocupan por atenderla.

Por el lado de los productos de inversión el panorama es mucho más desalentador. Hasta el momento no he tenido conocimiento de que se haya estructurado, o siquiera concebido, un instrumento de inversión dirigido a las poblaciones de escasos recursos. Como en muchas de las discusiones en Microfinanzas el problema radica en la falta de educación financiera de la población objetivo. Muchos de los potenciales microusuarios no entienden conceptos esenciales del sector financiero como lo son una cuenta bancaria, una tarjeta débito, un certificado de depósito. En este orden sería inútil pretender que entendieran instrumentos un poco más avanzados -de los que me atrevería a decir que muchas personas con un nivel de educación alto comprenden- como es un fondo de inversión, por nombrar solo uno de ellos.

En conclusión, debe llevarse a cabo una tarea paralela entre la expansión del microcrédito, pues no puede perderse lo avanzado hasta el momento; el fomento de herramientas de ahorro usando las redes que atienden efectivamente la población objetivo de las Microfinanzas; y finalmente todo debe estar impregnado de campañas de educación financiera que les haga ver a los microusuarios las ventajas de entrar al sistema financiero formal. De esta manera puede hablarse de Microfinanzas como tal y no limitado al fenómeno de los microcréditos.

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